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miércoles, 9 de noviembre de 2011

No puede entenderlo nadie se me queda pequeño el cielo



Que buen día ¿No crees? Mira, calla, escucha, tú ni hables… Voy a proponerte algo. Saldremos a tomar algo como en los viejos tiempos, si a lo mejor unos cuantos cubatas, tu sonreirás y contaras esas viejas anécdotas que siempre me hicieron reír pero yo ni me inmutare a ellas. Iras insistiendo en ir tomando alguno más y entonces hay empezara lo bueno yo intentare seguir sin sonreír pero sabes que no aguantare mucho entonces ya cederé a tus recuerdos. Cuando en todos esos cubatas se hayan derretido el hielo tú ya me abras agarrado de la cintura y me estarás mirando. Sabes que es lo más gracioso de todo que cuando menos cuenta me haya dado me habrás besado y yo te estaré abrazando. Ahora es cuando tú te preguntas y después que pasara, pues bien no lose ni quiero saberlo esto lo dejo en las manos del destino.



No puede entenderlo nadie se me queda pequeño el cielo


-P 

3 comentarios:

  1. Cierto es que, a pesar de intentar resistirnos, acabamos riendo todas sus gracias. Y, matizo, no porque sean graciosas, sino porque todo en él nos parece lo más divertido del mundo.

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  2. Esta muy linda esta entrada y todas las demás me gusta mucho tu blog :) ("te sigo")

    Te invito a visitar mi blog, si te gusta hay tienes un espacio reservado para ti para que
    tambien me sigas :)

    http://lo-pense.blogspot.com

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  3. Gracias por pasar por el blog! Me alegra que te haya gustado la entrada, es un fragmento de la novela que escribo desde hace un año.
    Me encanto tu entrada, el destino... que a veces parece nuestro amigo y en otras te clava un puñal, la realidad en fin. Te sigo, saludos!!!!

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